
Reunirse para compartir las experiencias que un libro ha provocado con su lectura, se está convirtiendo en una práctica habitual desde los más pequeños a los mayores de la casa.
Las bibliotecas públicas y las de los centros escolares se han apuntado a la tarea de potenciar la lectura entre todos los públicos. Los lectores acuden a su cita, una vez por semana, con los capítulos que se habían acordado con anterioridad leídos. Una vez allí comparten sus experiencias y comentan lo que cada uno ha sentido con las palabras impresas sobre el papel.
Con este intercambio de opiniones se pretende potenciar la lectura a la par que las relaciones humanas. Una actividad que hace un dos en uno, por un lado mejorar la interactividad social y, por otro, animar a la gente para que su sumerja en el maravilloso mundo de la lectura.
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